Montañas de Tivissa-Vandellòs
Son unas montañas secas, ariscas y casi despobladas que destacan especialmente por los procesos erosivos sobre la roca caliza.
Estas cordilleras se formaron en un mar poco profundo y cálido en el Jurásico (hace más de 200 millones de años). Esto hace que hallemos fósiles de los moluscos y crustáceos que habitaban allí, como amonitos y belemnitas, entre otros. Las rocas son calizas y dolomías que se disuelven con el agua de la lluvia formando relieves cársticos, donde encontramos simas, cuevas, grutas, rocas agujereadas, tormos y solidas. La estratificación de estas montañas y la intercalación de niveles más arcillosos favorece la presencia de surgencias de agua (fuentes y humedales), balsas naturales (cocones), muelas, graos, muros, llanos y portezuelas.
Un buen ejemplo de arte natural es la muela de Genesías, que, con su forma, se convierte en un punto de referencia en el paisaje. También destacan la sierra de los Avencs-Molló Puntaire, que se muestra como una auténtica sierra por los numerosos dientes que dan forma a este conjunto, y los graos de Castelló y de Vandellòs, que muestran unos acantilados considerables.
Gracias a su proximidad al mar Mediterráneo, y con alturas de hasta 727 metros (Molló Puntaire), es un territorio con una variedad de ecosistemas y paisajes sorprendentes. Además, este es un espacio natural protegido que nos permite disfrutar de los valles y montañas escarpadas, ideales para practicar la escalada.
En el paisaje toma protagonismo el conjunto de márgenes de piedra seca, la mayoría abandonados hoy en día, testigo de la intensa actividad agraria en el pasado. Vinculados a la actividad agrícola también encontramos caminos de basto, muchos de ellos empedrados, que se utilizaban para la comunicación entre los pueblos o para acceder a los diversos cultivos. De valor histórico son los diversos pueblos abandonados (Castelló, Masdevalentí, Fatxes y Gavadà), hoy prácticamente en estado de ruina, que testimonian la tipología de asentamiento propia de este territorio desde la Edad Media hasta la década de 1960.
La muela de Genesias y los graos de Vandellòs representan valores identitarios a nivel local, mientras que el conjunto montañoso, visto desde el Camp de Tarragona representa una parte del escenario de fondo, con el que los habitantes de la Costa Dorada se sienten altamente identificados.
Adentrarse en las montañas de Tivissa-Vandellòs no solo es hacerlo en unos paisajes típicamente mediterráneos, sino también en un gran balcón sobre el mar desde donde se observan unas de las mejores vistas panorámicas de la Costa Dorada.